Hace 15 años leí el libro Crimes Against Logic[1], una introducción al pensamiento lógico del filósofo neozelandés Jamie Whyte, en donde señala la manera en que las figuras públicas: desde gurús de negocios, columnistas, editores, locutores, hasta líderes religiosos y políticos utilizan argumentos retóricos falsos, razonamientos fallidos y desinformación para influir en nuestra opinión. Si bien el libro fue publicado en 2004, previo al auge de las redes sociales, sus lecciones nos advierten las continuas trampas, las avasalladoras manipulaciones y los engaños propios de la era de la posverdad[2].
Cuando viví en los EE. UU. a finales de los años 80, me llamó la atención que actores, músicos y cómicos, sin mayor mérito que su popularidad, recomendaran candidatos durante las campañas electorales. En ese momento lo consideré como una excentricidad más del sistema político norteamericano, pero desde entonces múltiples personalidades se han convertido en brokers de influencia. Con el auge de las redes sociales, monetizaron su base de seguidores e invadieron la biósfera digital para posicionarse como autoridades en ámbitos fuera de sus áreas de competencia. Ahora, hemos normalizado que hablen y opinen de todo, sin necesidad de sustentar sus opiniones.
¿Qué nos dice que el cantante Bono[3] de la banda U2 haya visitado al Papa Francisco para compartir su «dolor» por la pederastia en la Iglesia católica[4]? ¿Qué significa que la actriz Yalitza Aparicio se pronuncie a favor del aborto en una revista de moda?[5] Ambas noticias fueron ampliamente difundidas y el momento seleccionado para publicarlas fue más que oportuno. En 2018 la iglesia católica estuvo envuelta en el escándalo de la renuncia de obispos pederastas en Chile[6] [7] y, a su vez, la actriz apareció en la portada del mes dedicada a la mujer y abanderó el movimiento He for She de las Naciones Unidas[8]. Estos dos ejemplos son fáciles de descifrar, corresponden a campañas orientadas, en el primer caso, a desviar la atención y, en el segundo, a promover una causa.
Quizá uno de los casos más emblemáticos y sofisticados ha sido el de la joven activista sueca Greta Thunberg, quien —al capturar la atención con su huelga escolar contra el cambio climático— aumentó su popularidad y llegó a ser la adolescente con el mayor número de seguidores en ciertas redes sociales. Esta fama la ha llevado a criticar, irónicamente, a la industria de moda en revistas de moda[9]; a promover el ambientalismo woke[10] tan inviable como inalcanzable para la inmensa mayoría de la población al solo viajar en coches eléctricos[11]; a cruzar el Atlántico en un yate prestado por un príncipe europeo porque detesta a las líneas aéreas[12]; y a promocionar conciertos temáticos de paga contra el cambio climático[13]. En pocas palabras: invita a creer en las mentiras en las que ella dice no creer[14].
Existen también personajes a quienes no se les cuestiona nada a pesar de que no abanderan ninguna causa social. Tomemos como ejemplo a Elon Musk quien orienta las decisiones de muchos inversionistas. Independientemente de cómo acumuló riqueza, su verdadero poder está en conseguir siempre el respaldo financiero sin importar la naturaleza del negocio que decida impulsar. Cuando se le antojó comprar Twitter se dijo: «Elon es un genio insuperable», cuando cambió de opinión y decidió que siempre no[15] entonces resultó que «Musk se superó a sí mismo». Las inversiones no dejan de fluir y a él no se le critica, al igual que Gates, Bezos o Slim, porque su fortuna y el mito de su genio infalible los respaldan.
¿Estamos ante personajes que sin escrúpulos utilizan su fama para beneficio propio abanderando cualquier causa, o enfrentamos un perverso fenómeno de manipulación de masas? Entre artistas emergentes o pasados de moda, personalidades mediáticas y multimillonarios narcisistas emergieron influencers menores para convencernos de las causas de sus patrocinadores, pedir nuestro voto[16] o vaciar nuestros bolsillos. ¿Cómo llegar a la verdad de lo que nos dicen? Esto ahora es responsabilidad de nosotros mismos, pero en conjunto podemos hacernos cargo del análisis forense de los «crímenes contra la lógica»[17] de cuanto argumento nos presenten antes de darlo como válido, hacerlo propio y promoverlo en nuestro círculo socio digital.
[1] Crimes against logic, de Jamie Whyte
[2] La era de la post verdad, la post veracidad y la charlatanería. Grupo Ciencia, Razón y Fe (CRYF). Universidad de Navarra
[3] Bono exposed as a complete fraud
[4] Papa Francisco habla con el cantante Bono de su «dolor» por la pedofilia en la Iglesia | MUNDO | EL COMERCIO PERÚ
[5] Yalitza Aparicio apoya movimiento feminista en portada de Marie Claire | Mujer México
[6] El Papa acepta renuncia de otros dos obispos chilenos | Chile en DW | DW | 21.09.2018
[7] Papa Francisco acepta renuncia del arzobispo de Santiago de Chile, el Cardenal Ricardo Ezzati, señalado de encubrimiento de abusos sexuales – BBC News Mundo
[8] Encabeza Yalitza Aparicio el Foro Equidad de Género del Tec | Tecnológico de Monterrey
[9] Greta Thunberg critica la industria de la moda… desde la portada de ‘Vogue’ | El HuffPost Life
[10] El “ambientalismo” woke es una estafa peligrosa
[11] Schwarzenegger le consiguió un Tesla a Greta Thunberg para que viaje sin contaminar
[12] El viaje en barco de Greta impulsa el movimiento Quédate en Tierra contra el transporte aéreo
[13] Greta Thunberg: The Climate Event
[14] Greta Thunberg y las huelgas escolares contra el cambio climático: «Mi asperger me ayuda a no creer en mentiras» – BBC News Mundo
[15] Elon Musk cancela su oferta de compra de Twitter: la red social emprenderá acciones legales – BBC News Mundo
[16] ¿Quiénes son los influencers que promocionaron al Partido Verde en la veda electoral?
[17] Los 12 principales crímenes contra la lógica se describen en esta reseña de @wicho en microsiervos.com