
La película El Banquero[1], producción original de Apple+, narra la historia de dos afroamericanos que lograron incursionar como banqueros en los años 50s del siglo pasado. Como los discriminaban por su color de piel, acudieron a personas blancas como figuras de protección ante la sociedad. Este es un relato que contrapone dos posturas frente a una misma realidad racial: el emprendimiento y la sumisión. La película provoca una justa indignación, no solo por la discriminación institucional, sino también por los patentes abusos propiciados porque el capital estaba en manos de personas blancas y racistas.
Esta muestra de realidad que han vivido las personas afroamericanas durante tanto tiempo en EE. UU. es similar a la situación de marginación que las comunidades rurales e indígenas viven en México. Lo que en EE. UU. eran leyes discriminatorias, tiene su equivalente en México de hoy en una regulación financiera diseñada para beneficiar al gran capital fomentando la explotación y depredación y no el desarrollo de las comunidades.
¿Por qué la población y las naciones indígenas no han prosperado económicamente a pesar de que se han recibido miles de millones de pesos en remesas durante los últimos 40 años?, se cuestiona Isabel Cruz Hernández, mujer mixteca y Directora General de AMUCSS A.C., en el mensaje del lanzamiento de “La Cámara de la Gente”[2]. Por un lado, tenemos regulación financiera que impide la integración de las instituciones financieras locales para funcionar como una red de ahorro y crédito rurales y por otro, los requisitos a créditos hipotecarios excluyen los derechos comunales como garantías de pago.
Estos son solo dos casos que ejemplifican cómo se ha impedido el desarrollo financiero a estas poblaciones, y por si fuera poco tenemos una falta de conectividad, en la que México ha resaltado como una de las naciones con los servicios más caros y de más deficiente cobertura del mundo. El artículo 6to Constitucional[3], es letra muerta cuando se contrasta con la cobertura del 98.5% de los hogares que la CFE alcanzó durante el tiempo que ha transcurrido desde la privatización de TELMEX y exhibe el carácter excluyente del modelo privatizador de los servicios públicos así como la captura regulatoria del Instituto Federal de Telecomunicaciones.
Los protagonistas de El Banquero, Bernard Garrett y Joe Morris, ambos con gran inteligencia y determinación así como con una firme convicción en el beneficio general, compraron bancos, concedieron préstamos a personas de color, convirtieron barrios que antes eran exclusivos para los blancos en barrios repletos de negros ricos. En definitiva, maquinaron con éxito una gran denuncia social accediendo al sistema financiero para combatirlo desde dentro. La deuda pendiente con sus hermanos de raza desplazó la búsqueda del lucro individual y les precipitó hacia el altruismo, dignificando por un corto tiempo la ética capitalista, hasta que se vino abajo su coartada blanca y les echaron la regulación financiera encima para despojarlos de sus negocios construidos con audacia y talento. Sus reputaciones fueron destruidas, porque un sistema que aún le tiene pavor por el ascenso social de la población negra, les impuso sanciones ejemplares.
El dilema de los afroamericanos: sumisión o emprendimiento[4], no es el mismo al que enfrentan nuestras comunidades rurales e indígenas de las que hay mucho que aprender, ya que conservan sus tradiciones comunales y arraigo a la tierra, lo que les ha permitido resistir violencias y discriminación sistemática por más de 500 años. Porque, aunque no lo veamos así, la marginación en la que se encuentran México no es menos cruel, injusta e indignante que la segregación racial estadounidense donde la rebeldía todavía se paga con la vida.
Menos evidentes para la gran mayoría de los mexicanos son las barreras ideológicas, institucionales y jurídicas que le impiden la equidad a nuestros naciones originarias sin tener que llegar a someterse a los modelos de una sociedad materialista que promueve el consumo como motor de desarrollo económico, con la devastación del medio ambiente que conllevan los procesos industriales de extracción, producción y desecho que engendran los productos que consumimos. Nuestro mayor tesoro está en explorar una inclusión inversa: entender qué elementos de la vida tradicional de los pueblos originarios podemos incorporar a nuestro modelo de desarrollo y adoptarlos en nuestro estilo de vida. Así como dice Isabel Cruz: “México tiene un futuro prometedor si se organiza desde abajo y asume el compromiso de construir una economía social y solidaria eficiente, con esto las comunidades podrán tener una mayor capacidad de negociar recursos externos para el desarrollo local”[5].
[1] The Banker — Official Trailer | Apple TV+
[2] Isabel Cruz y el sueño de La Cámara de la Gente para conectar a comunidades con el mundo financiero
[3] Las telecomunicaciones son servicios públicos de interés general, por lo que el Estado garantizará que sean prestados en condiciones de competencia, calidad, pluralidad, cobertura universal, interconexión, convergencia, continuidad, acceso libre y sin injerencias arbitrarias.
[4] Uno de los primeros banqueros afroamericanos fue Frederik Douglass, un esclavo liberado que atendió la urgente necesidad de ofrecer servicios financieros al finalizar la guerra civil, en esta liga se ahonda sobre este episodio que precedió al relatado en la película.The Freedman’s Savings Bank: Good Intentions Were Not Enough; A Noble Experiment Goes Awry
[5] Fomento al cooperativismo es un cambio radical en la manera de ver el desarrollo del país: Isabel Cruz Hernández – H. Congreso del Estado de Sinaloa