El pasado 29 de noviembre murió a la edad de 100 años Henry Kissinger, la cara más visible del deep state[1]. Su momento de mayor influencia política fue hace 50 años, cuando Nixon reorganizó su gabinete a raíz del escándalo de Watergate en 1973 y ocupó el cargo de secretario de Estado, siendo todavía el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. Por promover la diplomacia con campañas militares y su deplorable desprecio por la población civil[2] es considerado uno de los grandes enemigos de la humanidad del siglo XX al lado de Churchill, Hitler, Truman y Stalin[3].
A pesar de lo anterior, su ininterrumpida presencia mediática como asesor de todos los presidentes norteamericanos y los estrechos vínculos que mantuvo con las élites del complejo de seguridad nacional, la comunidad de inteligencia y las entidades filantro-capitalistas de asistencia —quienes exhibieron sin el menor recato su bancarrota moral al participar en la celebración de su centenario[4]— no podemos perder de vista el legado de las iniciativas de control poblacional que impulsó y que junto con la “Política del Hijo Único” establecida en China en 1979, lograron reducir la tasa de crecimiento anual promedio de la población mundial del 2.1% al 1.2% en 50 años[5].
A principios de la década de 1970, las preocupaciones por la superpoblación y la degradación ambiental fueron abordadas públicamente tanto por la Academia como por Hollywood. El influyente texto sobre el medio ambiente y el desarrollo sostenible Los Límites del Crecimiento[6], utilizó modelos informáticos del MIT para simular diferentes escenarios de crecimiento demográfico, consumo de recursos e impacto ambiental. Este estudio sugirió por primera vez que, si las tendencias continuaban, el mundo podría enfrentar graves limitaciones en materia de recursos y capacidad ecológica. También catapultó el éxito en taquilla de la película Cuando el destino nos alcance[7], ambientada en un futuro distópico en donde la superpoblación ha provocado un colapso ambiental, escasez de recursos y pobreza generalizada, y en la que el gobierno ofrece a las masas un sustituto alimenticio, cuyos ingredientes se convierten en el punto central de la dramática trama.
Al tiempo que la humanidad asimilaba la posibilidad de enfrentar estos apocalípticos escenarios y los gobiernos nacionales desplegaban incipientes políticas de control poblacional, el Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, en secreto, exploraba alternativas para favorecer sus intereses. En 1974 elaboró el Informe de Seguridad Nacional 200[8] —hoy conocido como el Informe Kissinger— con el propósito de asegurar el control de recursos naturales estratégicos para los EE. UU. mediante una política exterior intervencionista del control de la natalidad en 13 países considerados de máxima prioridad[9], entre los que se encontraba México. La exitosa experiencia del «Programa Nacional de Planificación Familiar”[10] nos demuestra que la presión internacional, la sinergia con organismos multilaterales e incluso las perversas intenciones norteamericanas, fueron factores cruciales en la articulación de una de esas raras políticas públicas transexenales efectivas.
Sin embargo, en la búsqueda del ideal de progreso es común extraviarse y llegar a mundos distópicos, como de películas de ficción. Las medidas de control poblacional sugeridas por el Informe Kissinger abrieron la puerta para que México avanzara en la promoción y protección de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, pero sirvieron de excusa para acciones eugenésicas monstruosas, como la esterilización forzada de indígenas Quechuas en Perú en los tiempos de Fujimori, con apoyo logístico y financiero de la Agencia USAID y celebrada por organizaciones feministas internacionales y el Banco Mundial[11]. También la propaganda de la sobrepoblación, que argumenta que hay demasiados humanos en la tierra, ha favorecido el auge de la cultura de la experiencia (esa que, en lugar de formar una familia, las personas viven su vida en una constante búsqueda de viajes, actividades recreativas, educación continua y desarrollo personal).
Desentendernos como especie de las tareas biológicas de la reproducción, adaptación y evolución para sustituirlas por experiencias estériles de onanismo místico, es uno de tantos escenarios autodestructivos que enfrentamos por confundir una política de control poblacional —que asegure la sustentabilidad en la tierra— con estilos de vida de corte progresista, que si bien promueven la justicia social, la igualdad y los derechos individuales, no garantizan que haya una nueva generación que herede ese mundo mejor al que aspiramos. Cuando dejemos de luchar por la reproducción de la vida será cuando el destino nos alcance y entonces caeremos en la cuenta de que, más que cualquiera de los grandes enemigos de la humanidad, nosotros mismos fuimos el peor de los verdugos.
[1] El estado profundo es un concepto que se popularizó durante la presidencia de Donald Trump, pero tiene sus orígenes en el discurso del discurso televisivo de despedida del Presidente Eisenhower cuando hablpo del complejo industrial-militar y el posterior asesinato del presidente Kennedy. Hace referencia al gobierno en la sombra que sin controles democráticos acota el poder del Presidente y al Congreso mediante una burocracia incrustada en el aparato militar y de inteligencia norteamericanos.
[2] Henry Kissinger a los 100, todavía por juzgar y en libertad
[3] En occidente la propaganda ha ocultado la hambruna de Bengala, “el Holocausto de Churchill” en el que se estima que 3,000,000 de Indios murieron de hambre, pero su legado criminal podría ser mayor que el bombardeo atómico de Truman, las hambrunas de Ucrania de Stalin y el Holocausto de Hitler.
[4] En su reportaje I Crashed Henry Kissinger’s 100th-Birthday Party Jonathan Guyer nos habla de la presencia, entre otras personalidades del General David Petraeus del complejo industrial-militar, Samantha Powers, reconocida defensora de Derechos Humanos y actual Administradora de la agencias de desarrollo USAID, Anthony Blinken, Secretario de Estado, el Director de la CIA William J. Burns y Eric Schmidt Ex-CEO de Google, una de las empresas líderes en la recolección y monetización de información de datos personales, entre otros.
[5] ¿Cuántos habitantes hay en el mundo? – Mapas de El Orden Mundial – EOM
[6] «Los límites del crecimiento” es un informe publicado en 1972 por el Club de Roma, un grupo mundial de expertos. Fue elaborado por un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
[7] Cuando el destino nos alcance»: es una película de ciencia ficción estrenada en 1973, dirigida por Richard Fleischer y basada libremente en la novela de 1966 «¡Make Room! Make Room!» de Harry Harrison.
[8] National Security Study Memorandum NSSM 200 Implications of Worldwide Population Growth For U.S. Security and Overseas Interests (THE KISSINGER REPORT) December 10, 1974
[9] La lista completa de países contemplados en el reporte citado en la referencia anterior incluye a la India, Pakistán, Bangladesh, Tailandia, Indonesia, Filipinas, Brasil, Colombia, México, Nigeria, Etiopía, Egipto y Turquía.
[10] En 1974 México reformó el artículo 4 Constitucional para incluir disposiciones relacionadas con la planificación familiar. Esta modificación reconoció el derecho de las parejas a decidir de manera libre y responsable el número de hijos que desean tener y a recibir información y acceso a métodos anticonceptivos. Además, estableció que el Estado debía impulsar campañas de educación y servicios para el control de la natalidad.