La Suprema Corte de los EE. UU. emitió el mes pasado tres fallos que muestran su esencia conservadora: dejar de reconocer el aborto como un derecho constitucional; limitar las restricciones que los Estados pueden imponer a sus habitantes para portar armas de fuego en público y acortar la separación entre la Iglesia y el Estado al permitir que fondos públicos sean utilizados para mantener escuelas religiosas[1]. Estas decisiones se veían venir desde la llegada de Donald Trump a la presidencia con su discurso racista cargado de odio y resentimiento. Tomará tiempo entender los impactos que tendrán estas decisiones. Además de esto, es alarmante escuchar en México retóricas de discriminación, acoso, violencia y revanchismo muy similares a las del vecino del norte, desde los distintos frentes de nuestra sociedad [2],[3],[4].
El origen del conservadurismo se remonta a las reacciones de las aristocracias europeas aterrorizadas ante la materialización de las demandas durante la Revolución Francesa, en particular el reclamo de igualdad. La nobleza y el clero recurrieron al populismo, al racismo y a la violencia para construir una base amplia de apoyo y con ella contrarrestar los movimientos emancipatorios.[5] También fomentaron el desprecio a las convenciones sociales democráticas que buscaron reemplazar el orden estamental basado en el «derecho divino».[6] Desde aquél 14 de julio de 1789 se ha conformado el pensamiento conservador y hoy sabemos contra qué reacciona, qué es lo que intenta proteger, cómo ha reclutado a su causa a las clases medias, cómo combina el elitismo y el populismo convirtiendo el privilegio en algo popular; y la centralidad de la violencia en sus medios y fines.[7]
Las élites estadounidenses han sido muy exitosas en neutralizar y revertir los avances progresistas en su sociedad: la reacción a la abolición de la esclavitud fueron las leyes de Segregación Jim Crow justificadas con argumentos racistas[8]; cuando sus trabajadores intentaron reivindicar sus derechos, el Gobierno Federal promovió políticas ambiguas de inmigración que facilitaron la explotación laboral de los migrantes.[9] Vimos en las políticas neoliberales de los años 80 la reacción ante el estado de bienestar del New Deal y acabamos de atestiguar un golpe brutal al movimiento feminista con la eliminación de la protección constitucional a las mujeres.[10]
En México grupos conservadores buscan mantener las relaciones de dominación existentes con argumentos cargados de clasismo, racismo y machismo, en contra de la capacidad de acción de las clases subordinadas. Este pensamiento congrega a grupos de la población que aspiran pertenecer a sectores con privilegios mediante narrativas cargadas de violencia para discriminar, humillar y minimizar a personas de las que quieren diferenciarse.[11] Promueven sus ideas mediante campañas de miedo y desinformación financiadas con dinero oscuro en redes-socio digitales y con acusaciones sin fundamento de pseudo-periodistas y medios corporativos[12] dan significado y legitimación a memes anónimos que se difunden en chats de amigos y familiares saturados con el mismo mensaje «reenviado muchas veces». Estos provocan emociones negativas en quienes adoptaron para su interacción social el siguiente «código apolítico»:
- Odia a tu Presidente, búrlate de su esposa y acosa a su hijos, ¡qué importa la falta de caridad con el prójimo![13], ya te confesarás el domingo.
- Quéjate, pero no propongas nada, recuerda tu limitada formación política.
- Exige, pero no te comprometas, porque te falta honestidad intelectual.
- Nunca argumentes, no olvides que careces de pensamiento crítico.
- Evita cooperar en tu comunidad, podrías llegar a experimentar los nobles sentimientos de fraternidad y solidaridad.
- Jamás participes en consultas populares, te podrías contagiar de espíritu democrático.
- Provoca, insulta, miente y ataca porque la violencia no requiere razonamientos.
Son como perros de rancho, esos que sacan en los pleitos y amarran en las fiestas, porque después de estar callados durante el festín del saqueo neoliberal se soltaron a ladrar el 1 de julio de 2018 para defender su privilegio de clase, el último al que pueden aspirar.[14] Para ello manifiestan a la menor provocación su profundo desprecio y el odio sin límite que sienten por cualquier persona a quien consideran inferior a ellos. Este quebranto moral, ¿los llevará de la violencia verbal a la física? El perro que ladra no muerde.
Roe vs Wade: 3 decisiones recientes de la Corte Suprema que muestran el giro del tribunal a un «conservadurismo extremo» | BBC News Mundo
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La mente reaccionaria, El conservadurismo desde Edmund Burke hasta Donald Trump. Corey Robin
Derecho divino, | Lexicon canonicum
Book Review: Counterrevolution: The Global Rise of the Far Right | thesis eleven
Breve historia del inicio de la lucha contra la segregación racial en EE. UU. | National Geographic
La relación de amor y odio de Estados Unidos con los inmigrantes – Los Angeles Times
Serie Mrs. America de HBO: Crítica El planteamiento de la serie es la doble vía narrativa para mostrar lo complejo del pensamiento feminista y la existencia de lecturas erróneas que pueden conllevar a la pervivencia del patriarcado y no a la revolución feminista.
Todo lo que necesitan es odiar | @El Chamuco TV
Narcomensajeros. Usuarios anónimos y robotizados en redes, opinadores en diarios nacionales e internacionales respaldan la idea de un Narco Estado sin mayor prueba”. | Fabrizio Mejía Madrid
Pecados opuestos a la caridad para con el prójimo, | MERCABÁ, Enciclopedia Hispano-Católica Universal
El racismo y el machismo, los otros dos privilegios a los que apelan quienes quieren sentirse superiores en México, persisten, aunque cada día son más políticamente incorrectos tanto por los procesos de normalización racial como por el avance de los derechos de las mujeres.